Confesiones de un fiscal frustrado.
Hace ya casi un año que dejé la oposición. En el momento en que me decidí a estudiar Derecho, lo hice con un objetivo en mente, ser fiscal. No es secreto para nadie que me molaba el mundillo de las leyes, las historias de misterio y Ace Attorney. El camino parecía claro porque iba a poder actuar en sala, que era lo que quería; iba a poder ver muchísimo penal, que es mi rama favorita; ¡E iba a ser puto funcionario con tranquilidad para toda la vida, horario fijo y trienios!. Parecía la opción perfecta. Así que hice Derecho conociendo a personas maravillosas por el camino, incluida mi mejor amiga por el momento, enamorándome de Extremadura además y reforzando mi interés por las leyes . Pero lo más importante es que vine siendo de derechas y salí de aquí más rojo que la sangre, no nos vamos a engañar tampoco. Comprendí que las leyes son instrumentos del poder para perpetuarse, así como el monopolio de la fuerza, y que más valiera que las interpretase siempre que pudiera en favor de le déb